Skip to content Skip to footer

El Coaching No es Terapia: Diferencias, Alcances y Beneficios

El coaching, aunque profundamente transformador, no es una terapia ni reemplaza el trabajo de psicólogos o psiquiatras. Cada disciplina tiene su propio enfoque, propósito y formación. En este artículo, aclaramos esas diferencias y explicamos cómo el coaching puede ser una herramienta poderosa para el desarrollo personal.

¿Qué es la terapia psicológica y psiquiátrica?

La terapia psicológica aborda trastornos emocionales, cognitivos y conductuales, trabajando con el paciente para entender y gestionar problemas relacionados con su salud mental. Generalmente, los psicólogos tienen formación en ciencias de la mente y las emociones, y usan métodos clínicos basados en evidencia para tratar dificultades como la ansiedad, depresión o traumas.

Por otro lado, la terapia psiquiátrica, a cargo de médicos especializados, se centra en el diagnóstico y tratamiento de trastornos mentales severos, como esquizofrenia o trastorno bipolar. Los psiquiatras están capacitados para prescribir medicación y realizar intervenciones médicas necesarias.

¿Qué es y qué no es el coaching?

El coaching no se dirige a tratar patologías ni trabaja con personas con trastornos psicológicos graves. Tampoco requiere que el coach tenga formación en psicología o psiquiatría, ya que no es una profesión médica ni clínica. El coaching no sustituye a un psicólogo o psiquiatra, pero puede ser un complemento valioso en el camino hacia el crecimiento personal y profesional. Es una práctica que, con ética y límites claros, puede generar transformaciones significativas en la vida de quienes buscan evolucionar sin necesariamente necesitar terapia clínica. 

El coaching está diseñado para acompañar a personas funcionales, sin diagnósticos de salud mental, en un proceso de reflexión profunda. A través de técnicas como la escucha activa, el cuestionamiento estratégico y la devolución reflexiva, el coaching ayuda a:

  • Detectar patrones y creencias limitantes.
  • Resignificar experiencias pasadas, creencias y valores.
  • Diseñar nuevas perspectivas y objetivos alineados con las aspiraciones del cliente.
  • Acompañar en la transición desde una situación actual hacia una deseada.

Mientras que la terapia psicológica y psiquiátrica son fundamentales para abordar trastornos mentales y emocionales, el coaching ofrece un enfoque distinto, centrado en el empoderamiento del individuo para alcanzar metas específicas y mejorar su calidad de vida. La elección entre coaching y terapia dependerá de las necesidades particulares de cada persona y de la naturaleza de los desafíos que enfrente.

¿Por qué el coaching SI puede impactar profundamente?

El coaching crea un espacio seguro, sin juicio, donde el cliente puede explorar su realidad con total honestidad. A través de un diálogo profundo e introspectivo, el coach hace preguntas que generan en el coachee cuestionamientos y reflexiones genuinas y transformadoras. Estas preguntas no siempre buscan respuestas y mucho menos respuestas inmediatas, sino que sacuden creencias arraigadas, vacían al cliente de certezas y lo llevan a replantearse cómo interpreta su realidad. A través de preguntas poderosas y la revisión de sus propias palabras, el cliente se enfrenta a sus «verdades» y puede cuestionarlas.

Este proceso permite:

  1. Identificar bloqueos y recursos: Reconocer lo que limita el avance y descubrir las herramientas internas disponibles para superar los desafíos.
  2. Transformar patrones: Profundizar en el origen de conductas repetitivas, que pueden estar vinculadas a mandatos familiares, creencias heredadas o experiencias previas, resignificándolas con nuevos significados.
  3. Rediseñar perspectivas: Construir una narrativa renovada que permita actuar en congruencia con los objetivos y valores personales.
  4. Soporte emocional: Brindar un acompañamiento comprometido, ofreciendo un espacio de escucha activa y sin juicio que favorece el progreso continuo.

¿Qué puede ofrecer el coaching que otras disciplinas no?

El coaching, a diferencia de un enfoque clínico, está enfocado en el presente y orientado hacia el futuro. Busca soluciones prácticas de manera ágil. Mientras que la terapia psicológica puede centrarse sobretodo en explorar más profundamente el pasado para sanar heridas emocionales, y la psiquiatría se enfoca en el cuerpo y el tratamiento farmacológico de trastornos, el coaching aborda directamente los desafíos actuales del cliente para construir un futuro más alineado con su visión personal.

La metodología del coaching tiene particularidades que lo hacen único. En cada sesión, el cliente es quien elige el tema a trabajar, lo que le permite abordar de manera precisa aquello que le genera mayor inquietud dentro de su «estambre enredado» de dudas, miedos o dificultades. Este enfoque práctico hace que el coaching sea percibido como más rápido y operativo, ya que el cliente es llevado en la sesión a tener claridad sobre lo que quiere resolver (mejorar o cambiar), y se le entregan herramientas para medir si lo ha logrado al final de la sesión .

Además, el proceso de coaching desmenuza cuidadosamente los pensamientos, creencias y percepciones del cliente, invitándolo a un replanteamiento profundo. A través de la reflexión guiada y el análisis conjunto, el cliente encuentra nuevos significados a experiencias pasadas, y construye soluciones concretas desde sus propios recursos internos. Esto convierte al coaching en una práctica dinámica e interactiva, donde el cliente no solo reflexiona, sino que también actúa para transformar su realidad.

      Leave a comment

      Cart0
      Cart0
      Cart0